Poetry
Thousand Languages Issue 2
Ombligo - rinpoche y yo
Carolina QuinteroP: ¿Cómo celebras la mañana?
Con cinta pego dientes de león a mi casco rojo de plástico,
canto enseñanzas Navajo. Cada día nuestro sol es nuevo,
nuevos rayos de luz, nuevos cuartos de madera quemada.
P: ¿Brotan praderas dentro de tu corazón?
Zorrillo de nariz porcina. Chapulines verdes. Chantarelas de oro.
Ave vaquera de cabeza café. Bulbo de azafrán. Rana flecha azul.
Flores negras. Flores negras.
P: ¿Sinceramente?
Intenta como puedas pero no puedes hacerme sentir
vergüenza por lo que me parece hermoso.
P: ¿Qué has perdido en esta vida?
Casetes, muebles, dos pares de abuelos,
una niñez, unos remates, pelea a golpes, aros de llaveros,
migrañas por la tarde, corbatas, mi collar de japa mala.
P: ¿Eres un heredero del Linaje de Esperanza?
Cada uno de nosotros somos arrastrados por estos vientos.
P: ¿Es por esto que te enojas con las flores?
Una vez, golpeé un nido de avispones en el jardín botánico,
debajo de mi piel un morete punzante hincho un hueco azul.
Hermoso, pensé, un momento extraño y hermoso.
P: ¿Qué no palabras honestas son mejor que una cara roja?
Okay. ¿No es que la ira hace los colores más profundos?
A veces aprieto y ardo, planeo perder el control
y golpear inconsciente al bravucón.
P: ¿Así es como vacias tu globo?
No. Yo canto una cancioncita u otra. Hoy descargué
“Sexual Healing” en la regadera,
mi acelerador atascado en una posición de aullido.
P: ¿Entonces, qué tal con todo tu cantar?
Es mi meditación. Yo canto fuerte,
fuertemente murmullo cuando no hay nadie alrededor.
P: ¿Esto revela océanos dentro de ti?
Hay cinco océanos embriagados en las puntas de cada vello.
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