Poetry
Thousand Languages Issue 3
ella me dejó en una luna nueva
Bertha Mia Bazbazme tatué las manos de mi nana
para que puedan cantar sus propias canciones
Ambas sostenemos una amargura protestante
lágrimas endulzan el gusto para el duelo, y así es cómo la mensajeo:
hola nana. hace un mes que no me peino y estoy engordando más
de lo que te hubiera gustado; ambas estamos preocupadas por mi corazón
en maneras diferentes. me pregunto qué puedes ver ahora
Si los caminos que andas son recuerdos como vinilos
o si eso es cosa corporal, marcando calendarios por lo que sucedió ayer—
¿qué le deparan el amanecer y el atardecer a un antepasado?
yo que estoy atado a los caprichos astrológicos a veces olvido
cómo saltar al ahora para encontrarte con flores. mi altar
acumula polvo, emergencias microscópicas que apenas se registran más allá de un noticiero estridente. el último momento:
te olvidaste de cambiar el agua 7 días seguidos y te extraño. ven a visitar.
combato mi respiración con distracción. me pides que respire, por ti. por nosotros. prometes
aligerar la carga, pero la obstinación protestante amenaza con romperme la espalda.
estoy intentando nana, de prender las velas, de iluminar mi corazón, de aligerar mi carga. de no encender
un cigarrillo maloliente y fingir que es porque tú me pediste. De usar mis manos para cantar nuestras canciones
juntas.
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